Volviste a poner tus yemas en las teclas, regresaste al encanto del
misterio, de mi misterio, pude enamorarte tal como la primera vez.
Me buscas en la pantalla, así, así como la primera vez,
te imaginas mis labios, mis ojos, mi nariz, mi cuerpo…… crees conocerme
otra vez, crees amarme otra vez y crees que soy yo en otra… en alguien
mas…
No entiendo como no te es posible reconocer mis “si”….. mis “no”…. mis “tal vez”, algún día estuviste tan atado a ellos, los deseaste tanto, pero estas ciego, ciego de amor por mí, por ella, por esta extraña fusión de las dos que te encanta.
Una vez mas me haces el amor vía email… tonto, ¡ya fui tuya!, y de que forma!, de que forma si decidí aquel día decir adiós a todo y seguirte… estuve a punto de cambiar mi sueño de niña por una rosa, dos palabras y la dicha de verme en tus ojos por siempre… para siempre.
Fui feliz andando de tu mano, aprendiendo frase a frase, letra a letra lo que decías. Me grabe tu manera de andar, tu forma de mirar, tu risa, tu bostezo y hasta tu forma de hacer el amor que por meses extrañe… tus labios en mis senos, tus manos en mi cadera, tu voz pidiendo mas y preguntando mil incógnitas que estoy segura te provoca temor saber la verdad, mi verdad, la verdad a la que llegamos hace unos meses, no nos amamos, no nos debemos amar, no nos debemos amar, nos necesitamos de una manera inexplicable... inexplicable.
Y como ayer dijiste “Piensa mejor en que el destino esta muy loco y que el futuro es un campo muy grande en el que tarde o temprano nos tendremos que encontrar de una u otra manera…” me permití encontrar la manera solo para decirte, una vez mas, te necesito.
Aida Lagunes.