Poemas grises...
por Jordi Climent


Aburrimiento

Y mientras yo estoy aquí tumbado,
la mañana se arrastra lentamente
como un perro atropellado,
las sirenas aullando su pestilencia
y la tarde acercándose, fría y húmeda,
cortando las venas de otro deprimente día.
 

Condenada

Visto el uso que haces de ella,
la belleza no es en ti una cualidad,
sino simplemente una condena.
Una sentencia impuesta en una noche
alcohólica por tus padres, que envueltos
en sus togas de lino, fornicaban
sin saber que te condenaban.
Esta belleza con la que engañas,
utilizas y maltratas a la gente,
es algo de lo que no deberías estar
tan orgullosa, aunque por si acaso
te convenzo, no temas,
la condena no es perpetua.
 

Fatalidad

Me marcho borracho
de nuestra cita en el bar.
Apoyado en la pared,
lucho en vano por restablecer
el sentido del equilibrio,
mientras resbalo por el muro
como una mancha de orina.
La gravedad me convence
de la inutilidad de mi esfuerzo
y me ata al sucio suelo.
Rodeado de escoria acepto su
supremacía, aunque me hunda
hasta lo más bajo, no puedo
librarme de ella.

La gravedad y tu teneis muchas
cosas en común.