Daría lo que fuera por oír las olas cayendo sobre la arena
como cuando tenia 15 abriles, bueno, mayos. Mi sonrisa se ha ido desgastando
con los años, los tragos te van cambiando la expresión de
la cara y cuando te miro en medio de una tranca de cantina de lujo trato
de sonreír con mi sonrisa quinceañera y me sale un rictus
de Drácula. Hace tiempo que sé que es un misterio por qué
los años pasan, pero eso de los misterios se lo dejo a los arqueólogos,
a mí me toca contarte mi vida, que es un rompecabezas de pocas fichas
pero que para mí que se ha perdido alguna en el transcurso de algún
viaje, se habrá caído de mi maleta. ¿Que dirán
mis futuros nietos?, Lo mejor será que agarren su guitarra y salgan
a buscar una chica a algún bar, yo por lo pronto seguiré
buscando en la habitación del hotel.
Bueno hoy no vale esconder cartas (aunque no sé por que
lo hago, siempre termino perdiendo igual, a lo mejor no sé jugar...)
así que agárrame la mano que bajamos por la cuesta mas inclinada
de la montaña peruana.
Un día me llamo un diablo, tocó la puerta de mi casa
de Chorrillos, cuando miraba entre las persianas la tarde sucia de Lima,
¿Qué te pasa compañero? Todo tiene un fin y lo tuyo
es como el agua que chorrea por cualquier rostro, ya sean mocos o lágrimas,
a fin de cuentas desde que te conozco eres dueño de tus silencios
y de tus carcajadas, ¿De qué te quejas? Eso es algo de lo
que no muchos pueden alardear. También tienes tu modo de emborracharte,
siempre tan malo, pero nunca dejarás de ser un principiante en esto,
una pena. Se despidió con un abrazo y se fue, cuando se iba quise
decirle algo pero como que me intuyó y, dándose la vuelta,
se puso el índice sobre los labios e hizo que me callara, mejor,
¿a ver qué le dices a un demonio que te dices cosas que ya
sabes?
Me pasé la vida peleando, a mi manera, buscando felicidad (y
no paro) pero la verdad es que lo único ha sido el sol y la noche,
bailar en algún bar, tomar una cerveza y otra, si tengo suerte no
me emborracho y lúcido algo me divierto, por ahí puedo verte
entre la gente, buscando a tu amor, a ese alguien que tiene entre su pecho
y espalda el corazón que quieres succionar. Pero quiero más
y chupo más, y me emborracho, así que te pierdo de vista
y me hundo en mi propia humareda, me fijo que te ríes y la avidez
de tu rostro me descompone los sentimientos por que ya sé que no
soy tu víctima. Aquí estamos para eso, para que yo de golpes
con el bastón de ciego y tu te alejes con otro, y yo me iré
contándole mi vida a las paredes de regreso a mi casa de Chorrillos.
No me sueltes la mano todavía que la curva que viene puede ser
jodida. Tal vez en algún verano creía que estar metido en
un par de pantalones iba a tener alguna trascendencia, pero la verdad es
que solo me hizo buscar mis zapatos para ganarme el cielo. ¿Puedo
decirte que te quiero? Sí, ya sé que estoy como estoy, pero
eso que importa (ten cuidado con la curva), qué te importa, si nunca
más nos vamos a ver, ¿hay luna afuera? ¿No?, Tampoco
importa, solo era una forma de decirte algo agradable, esta noche tengo
las fichas del rompecabezas boca abajo, y tiemblo de saber que estamos
aquí y de que quiero mojarme en tu saliva y sé que
todavía nos quedan otras vueltas agarrados de la mano mientras los
arqueólogos escarban entre tus faldas de montaña, ¿sabes?
y tengo miedo de tus padres, los miles de padres que tenemos que son como
las matemáticas, siempre tan exactos para cagarla. Estoy seguro
también de que los boletos son de ida y vuelta, hay algo que
me dice que cuando bajemos de este espacio nos vamos a encontrar otra vez
con la cara de los amigos que son como los padres pero en jóvenes
y que serán padres con conocimiento de causa aunque sean rebeldes
y odiados, y nosotros seremos este espacio pero vacío, dando vueltas,
sin nadie que se agarre de la mano y ellos se reirán de nosotros,
rumiando su miseria y su madurez, y habrá luna afuera pero
será una luna de piedra mirando un espacio dando vueltas, seremos
este espacio para nuestros amigos, seremos este espacio para alguna noche,
para algún recuerdo, mientras caemos dando vueltas con una luna
mirando cómo busco las fichas por debajo de la cama.
Bueno mejor será para otro día. Bajemos, que hay que
pagar al conductor.
Javier Revolo